Anécdota:
Unos padres llevan su hijo de 3 años de edad al tanatorio
para velar el cuerpo de un vecino, un anciano de 90 años.
La madre coge en brazos al niño para que él pueda ver
al muerto. El niño mira al muerto dentro del ataúd y dice,
con lágrimas en los ojos: ¡Pobre hombre, mamá! Él está
muy enfermo, ¿verdad?
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