domingo, 25 de septiembre de 2011

Perdonadme por la manera que me salió el último artículo: "Ponga una reja en tu corazón", pues mi hermano falleció ayer por la mañana, después de unos largos meses ingresado en el hospital. Quiero agradecer, en nombre de mi familia a todos los que habéis orado por él durante todo ese tiempo. Muchas gracias. Que Dios os bendiga.

Ponga una reja en tu corazón

Cierto día, yo estaba meditando sobre la obra de Dios en Su creación, especialmente en lo que se refiere al cuerpo humano. Y pensé: ¿Por qué Dios, en Su infinita sabiduría hizo algunos órganos de nuestro cuerpo en
duplicidad, como los riñones, los pulmones, los ovarios, e hizo solamente un hígado, un útero, un estómago y
un corazón? Los órganos que tenemos solamente uno deben ser más cuidados y más protegidos. He recibido ésta lección cuando tuve que ser operada y me quitaron la vesícula. Antes yo no me preocupaba tanto con mi
salud como lo hago ahora. Comía en exceso cosas fritas, azúcar, sal, chocolate, y ahora tengo que controlar y cuidar más mi alimentación.
Pensé también como Dios ha puesto una protección especial para algunos órganos importantes y sensibles
como el corazón y los pulmones, que son las costillas, que os protege como una reja. Los pulmones son muy sensibles y sin ellos no podríamos respirar; y es a través de ellos que el aire que respiramos oxigena nuestra sangre. El corazón es el órgano más importante de nuestro cuerpo, porque es él que nos mantiene vivos cuando él deja de latir nos morimos; nadie vive sin un corazón.
Dios nos enseña en Su palabra , en Proverbios 4:23: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque
de él mana la vida".
El corazón es como un cofre donde guardamos nuestros objetos de valor; y es en el corazón que debemos atesorar los mandamientos y las enseñanzas de Jesús. María, la madre de Jesús, meditaba y guardaba en su corazón las profecías, y todo lo que oía acerca de su Hijo Jesús; podemos leerlo en
Lucas 2:19,51.
En Proverbios 3:1, dice: "Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; porque
largura de días y años de vida y paz te aumentarán".
Cuando alguien que no conocemos toca a nuestra puerta, ¿qué hacemos? ¿la abrimos y le invitamos a entrar
al extraño? ¡Por supuesto que no! En tiempos tan peligrosos como el en que estamos viviendo hoy no podemos confiar demasiado, porque hay mucha maldad y violencia en el mundo. Ya no podemos vivir con
las puertas abiertas, confiadamente. En el mundo ya no tenemos seguridad; nuestra seguridad está únicamente
en Jesús, porque Él es nuestra Roca, nuestra Fortaleza, nuestra única protección.
No debemos abrir la puerta de nuestro corazón y permitir que en él entre sentimientos que no agradan a Dios; los sentimientos provienen de los malos pensamientos, que son enviados por Satanás, y por nuestra carne, nuestros enemigos. En el principio es una pequeña semilla, pero si no es arrancada a tiempo, se transforma en un gran árbol con raíces profundas. El odio, el rencor, la amargura, el enojo, la envidia, la crítica, etc., son sentimientos dañinos, y son como los "ocupas", que sabemos que son personas que viven de forma ilegal en una vivienda, o en un local, que no es de su propiedad. Los "ocupas" no cuidan de lo que no es suyo; suelen destrozar todo, y roban lo que pueden llevar; además, después que entran en un lugar, es muy
difícil sacarlos. Así también son los sentimientos "ocupas"; roban y destruyen tu paz, el amor y el respeto de
tu familia, de tus amigos, y de tus hermanos en Cristo. La única llave que abre la puerta de ese corazón
ocupado por los "ocupas" y los echa fuera es el perdón mutuo. Por eso es tan importante que perdonemos
a los que nos hacen daño. Tenemos que pedir a Jesús que nos llene de su amor y misericordia para que podamos perdonar a nuestros semejantes. Debemos buscar ser cada vez más parecidos a Jesús, tener Su carácter, pues Él perdonó a los que le maltrataron y le mataron.
Nuestro corazón debe estar limpio, pues es la morada, el templo del Espíritu Santo de Dios.
Además, en Mateo 5:8 está escrito: "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios".
Jesús nos enseñó que debemos perdonar no sólo siete veces, pero setenta veces siete (Mateo 18:22); y "si no perdonamos a los  hombres sus ofensas, tampoco Dios nos perdonará las nuestras" (Mateo 6:14-15).
Sé que es una tarea difícil, pero tenemos un Dios Todopoderoso que nos ayuda en nuestras debilidades;
sólo tenemos que "llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo"(2 Coríntios 10:5). Amén. Dios os bendiga.

Pensamento:

Sabio es aquél que acepta ser guiado y enseñado por el Espíritu de Dios.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Poesía: Renata

" He hecho ésta poesía en homenaje a una  querida amiga, que me cuidó con mucho amor, cuando estaba enferma, se llama Renata.

Renata es presencia,
Renata es tristeza en la ausencia...
Renata es amistad,
es la que ayuda en la necesidad...
Renata es la amiga del alma,
es la que, en la aflicción,
nos trae la calma...
Renata es obrera
del Dios de la Creación;
Renata es humilde, es amorosa,
es sincera, es amiga...es pura devoción.
Renata es el puente
sobre aguas turbulentas;
Renata es paz, es la diferencia,
es el horizonte donde mis ojos
lloran y buscan,
por su ausencia...

Pensamiento

"Nadie es basura para Dios, porque Él lo recicla todo".

sábado, 3 de septiembre de 2011

Poesía - El viejo y el científico

Yendo a casa un joven científico
vio a un hombre que las Escrituras leía,
se le acercó el mozo, y con mucha ironía,
estas mismas palabras soberbias le decía:
- Pierdes el tiempo, viejo,
  esto es pura vanidad,
  gran locura es
  el creer en la Trinidad.
  ¿Qué hay de sabiduría
  en buscar la felicidad
  en cosas que no puedes
  demostrar que son verdad?
- Oye hijo, dijo el sabio,
  presta mucha atención.
  Tú que aprecias tanto
  la cordura y la razón,
  ¿Osas despreciar
  al Divino Autor
  de la Creación,
  al Dios que te otorgó
  la vida, el alma,
  la mente, espíritu y corazón?
  Aunque poseas una gran inteligencia
  eres un necio al negar Su existencia.
  La auténtica sabiduría
  está en la conciencia
  de la credulidad
  en la Santa Providencia.

Pensamiento

Mientras el avaro se preocupa en proteger sus bienes, el diablo le roba la paz, el amor y el respeto de su familia hacia él.