lunes, 23 de septiembre de 2013

El deseo de ser salvos

El deseo de ser salvos
en cada uno hay una razón,
unos por miedo del infierno
otros por desearlo de corazón.

Pero yo os enseño camino excelente
que es el verdadero amor
al que nos ha dado todo,
al que tanto nos amó.

//Si no hay amor en la entrega
de poco nos servirá
pues el temor del que tanto huimos
un día nos alcanzará.

Por el temor nadie se salva,
ni por obras que hagamos,
sino por un profundo amor
a aquél que en verdad adoramos.//

Jesús no entregó su vida
por una u otra razón
sino por la que él sentía
en su noble corazón.

Él nos amó de tal manera
que su propia vida despreció
y en aquella cruz del Calvario
su amor por nosotros confirmó.

La religión nos enseña
que a la ley hay que obedecer
pero si no hay amor en nosotros
poca cosa o nada se puede hacer.

El amor debe ser el motivo
por lo cual invitamos a Jesús
a vivir en nuestro corazón
entregando nuestros pecados en la cruz.

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