Yendo a casa un joven científico
vio a un hombre que las Escrituras leía,
se le acercó el mozo, y con mucha ironía,
estas mismas palabras soberbias le decía:
- Pierdes el tiempo, viejo,
esto es pura vanidad,
gran locura es
el creer en la Trinidad.
¿Qué hay de sabiduría
en buscar la felicidad
en cosas que no puedes
demostrar que son verdad?
- Oye hijo, dijo el sabio,
presta mucha atención.
Tú que aprecias tanto
la cordura y la razón,
¿Osas despreciar
al Divino Autor
de la Creación,
al Dios que te otorgó
la vida, el alma,
la mente, espíritu y corazón?
Aunque poseas una gran inteligencia
eres un necio al negar Su existencia.
La auténtica sabiduría
está en la conciencia
de la credulidad
en la Santa Providencia.
me paso corriendo que sigo sin internet en casita.
ResponderEliminarMe suena este poema, jeje.
Un beso.