Caminando en la vida
sin rumbo, sin destino
buscando a Dios
donde no estaba él.
Fui de tropiezo en tropiezo
y casi me caigo
pero él me sostuvo
y no me dejó caer.
Él conocía mi corazón
y lo que yo anhelaba
a pesar que sólo hacía
lo que no le agradaba.
Con su gran misericordia
me trajo a su redil
a sus cuidados estoy
y ahora vivo feliz.
¡Y tú que estás también
equivocado
presta mucha atención
a este recado
clama a Dios, y yo sé
que te contestará
y al verdadero Camino
te conducirá!
¡El verdadero Camino
es Su Hijo Jesús
que pagó tus pecados
allí en la cruz
que quiere darte también
la vida eterna
llenarte de Su amor,
y de Su paz!
martes, 18 de septiembre de 2012
sábado, 18 de agosto de 2012
Parábola: La hibernación
Mama Osa se prepara para más un día de supervivencia. Llama a sus cachorros; tiene que enseñarles a cazar y a pescar; y los lleva a la orilla del río dónde abundan los salmones. Luego será adultos, y tendrán que buscar su propia comida y valerse por ellos mismos. Los cachorros todavía son muy torpes; no tienen la destreza y la habilidad de su madre, pero algunas veces logran atrapar una presa con sus garras fuertes y afiladas.
- Hay que alimentarse bien, piensa la mamá Osa; porque luego llegará el invierno y no habrá nada más para comer.
Ha llegado el invierno. Las montañas y los valles se visten de novia. La nieve cubre todo, y no hay una señal de un ser viviente, pero dentro de la cueva mamá Osa se acuesta con sus cachorros, y el sueño ya les nubla los ojos. Los cachorros están cansados y se duermen casi en seguida.
Ya han pasado tres meses, y ha llegado la primavera. Los cachorros han crecido. Mamá Osa está más delgada; necesitan urgentemente de alimentarse, y salen afuera.
Todo ahora en el valle tiene el color de la vida; los campos están verdes, los árboles y las plantas dejan ver sus primeras flores y frutos. Y mamá Osa lleva a sus cachorros a la misma orilla del río y a las madrigueras, dónde buscan la comida para recuperar la grasa que han perdido al hibernar tanto tiempo.
Ésta parábola es un ejemplo de algunos cristianos que se contentan en alimentarse con la palabra de Dios sólo por un periodo de tiempo. Reciben a Jesús en sus corazones, y por un escaso tiempo se gozan en su luz, pero poco a poco se vuelven necios y perezosos. Tienen sus Biblias abiertas en el salón de sus casas solamente como adorno. En ningún momento sacan un tiempo para estar a solas con Dios y para oír su voz. El domingo para ellos es un día de "despertar para comer", y durante el resto de la semana se meten en sus "cuevas" e hibernan. Viven sus vidas como si no hubieran comprendido la magnitud del sacrificio que Jesús hizo por ellos y por toda la humanidad en la cruz del Calvario, entregando su vida para que tuviéramos vida, perdonando así todos nuestros pecados, y regalándonos la vida eterna. No quieren ningún compromiso con el Señor, ni con su obra. No ponen a Jesús en el lugar que le corresponde. Continúan a actuar cómo cuando eran del mundo, teniendo como prioridades sus trabajos y sus cosas materiales, porque verdaderamente no se han convertido. Sus miradas todavía están puestas en el mundo, y no en Jesús. No saben que el reino de Dios ya está se extendiendo aquí en la tierra, y que tenemos que trabajar para que todos conozcan el amor de Dios. Con el pasar del tiempo se van enfriando de tal manera que ya no ven sentido ir a la iglesia, el estar con los hermanos en la fe, leer la Biblia y orar, y entonces, se vuelven al mundo, sin ningún remordimiento, pues sus corazones siempre estuvieron allí. No han podido entregarse totalmente en las manos de su Salvador, porque el sacrificio de Jesús para ellos no pasó de una bonita y ficticia historia de amor. Dios os bendiga.
martes, 14 de agosto de 2012
¡ACUÉRDATE!
Si te sientes rechazado
y nadie te quiere ayudar
¡acuérdate que Jesús te ama
y nunca te rechazará!
Si nadie quiere oírte
si te cansas de solo hablar
¡acuérdate que Jesús te oye
y nunca te fallará!
La victoria
recibes al creer
Jesucristo
es el mismo de ayer.
Y si alguien te condena,
y de tus pecados
nunca te has olvidado
¡acuérdate que Jesús en la cruz
a ti todo te ha perdonado!
Si te sientes rechazado
y nadie te quiere ayudar
¡acuérdate que Jesús te ama
y nunca te rechazará!
Si nadie quiere oírte
si te cansas de solo hablar
¡acuérdate que Jesús te oye
y nunca te fallará!
La victoria
recibes al creer
Jesucristo
es el mismo de ayer.
Y si alguien te condena,
y de tus pecados
nunca te has olvidado
¡acuérdate que Jesús en la cruz
a ti todo te ha perdonado!
martes, 17 de julio de 2012
LA ORACIÓN, FUENTE DE PODER
Hace unos meses, recibí un pedido de oración de una persona que decía estar muy agobiada y necesitada que yo orase por ella. Sin embargo, no me explicó el motivo de su necesidad, pero sentí como un pedido de auxilio de un alma angustiada que no veía salida a su problema. Inmediatamente me puse a orar, sin saber lo que debía pedir, pero confiando que el Espíritu Santo iba a interceder por ella, como ha prometido en Romanos 8:26-27: "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos". Se pasaron varios días y no tuve más ningún contacto, ni respuesta; no sabía lo que había pasado con ella, y empecé a preocuparme con su suerte. Le envié un mensaje, pidiéndole que se comunicara conmigo lo más pronto posible, porque tenía una congoja muy grande por ella, y necesitaba una respuesta. Luego en seguida, la persona me contestó, contándome lo que había sucedido: Tenía problemas personales, porque había sufrido una gran decepción con un chico que fue su novio durante 7 años, y esa relación se había terminado. Me dijo que, en el momento que contactó conmigo estaba desesperada y sumamente angustiada, tanto que llegó al punto de "cuestionar sobre su existencia". ¿Sabéis lo que esto significa, verdad? Significa que ella pensó en suicidarse. Sin embargo, Dios es fiel, y cuida de todos por igual; "él hace salir el sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos" (Mateo 5:45 ). A pesar de que esa persona todavía no ha entregado su vida a Jesucristo, él ya estaba cuidándola, porque puso en su corazón y en su mente el deseo de pedir ayuda, que orasen por su vida. Mi respuesta a su mensaje fue una predicación "en toda regla"; espero que dé frutos, y que los frutos permanezcan. Dios siempre está pendiente de sus hijos y de su creación; él no descansa nunca. Sabemos que el diablo quiere destruir a la humanidad; él provoca situaciones, y se aprovecha de ellas para desequilibrar las mentes, para que las personas pierdan la fe, y tienten contra sus vidas, pues él sabe que aquel que se suicida está perdido y acaba en sus manos. Por esto Jesús nos dijo a través de 1ª Pedro 5:8y 9: "Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo". Jesús nos dice también en Mateo 5:13: "Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres". Para entender y poder explicar bien lo que tengo que deciros, busqué en el diccionario el significado de algunas palabras y sus respectivos sinónimos, que son muy importantes para que entendamos bien lo que Dios quiere decirnos a través de ese versículo. El verbo DESVANECER significa: Disgregar o hacer desaparecer de la vista poco a poco. Sus sinónimos son: Disipar y esfumar. El verbo DISGREGAR significa: separar o desunir. Es necesario que nos acerquemos más a Dios, que busquemos conocerlo y amarlo cada día más, para que tengamos una relación personal e íntima con él, y que él sea "uno con nosotros", como Jesús es con el Padre. No podemos aceptar ser "disgregados" de Dios, por nada en este mundo. Yo creo que muchos de nosotros pensamos que es suficiente que Jesús sea nuestro amigo, pero ¿ya habéis pensado cómo él se sentiría si nosotros también buscáramos "ardientemente" ser su amigo? Antes de entender lo que la palabra "amigo" significaba, yo solía presentar a todos que conocía como amigos. Pero poco a poco fui comprendiendo que, a pesar de que yo les consideraba mis amigos, algunos no me veían como tal, y sí, como una conocida, una amiguete, o una parienta. Ser amigo va más allá de lo que pensamos; es estar pendientes siempre de las necesidades del otro. Es ayudar, sin pedir nada a cambio, y sin esperar recompensas. Es llorar con el que llora, y es sentirse feliz cuando nuestro amigo está contento. Es regalarle un poco de nuestro tiempo para oírlo, y para estar con él. Es tener un afecto profundo y sincero, que no cambia por ninguna circunstancia de la vida. ¡Ésta es la verdadera amistad que Jesús nos brinda!
No podemos ser una sal sin sabor, porque no serviremos para nada. El que no busca madurar en su relación con Dios, poco a poco "se desvanecerá", "se desunirá" de Dios, perderá su sabor, y como consecuencia, las cosas de este mundo le atraerán nuevamente, porque estará vulnerable a toda clase de tentaciones. Si queremos tener el poder que Jesús dijo en Juan 14:12: "De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre", debemos llevar a Dios, y a nuestro llamamiento en serio, porque no es un llamamiento carnal, y sí, divino. Dejar de jugar a ser cristianos, porque ya no somos niños para que tengamos que ser entretenidos con juegos infantiles. Y entregarnos verdaderamente y totalmente en las manos del Espíritu Santo, permitiendo que él nos renueve y nos transforme en nuevas personas criadas en Cristo Jesús. Debemos aceptar gozosos, no a "regañadientes", que el Espíritu Santo restaure nuestra personalidad, nuestro carácter; que renueve nuestras mentes, nuestros pensamientos; que nos enseñe a depender más de la fuerza y del poder de Dios sobre nuestras debilidades, nos fortalezca en las tentaciones, y nos santifique. Nadie está libre de caer en tentación; jamás permitas que te venga a tu mente, o te jactes que estás firme, porque el Señor ya dejó bien claro: "Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga" (1ª Coríntios 10:12 ). Debemos ocuparnos en nuestra salvación "con temor y temblor" (Filipenses 2:12b )Dios quiere usarnos; Dios quiere hacer milagros a través de nosotros, sanar a los enfermos, echar fuera a los demonios, deshacer las obras de Satanás en el nombre de Jesús, ¡y mucho más! El "vaso" que no acepta ser limpiado y lavado con el agua de vida no está apto para ser usado grandemente por Dios. Creemos que estamos en los últimos tiempos, ¿verdad? Y sabemos que Dios está preparando su pueblo para ese tiempo. Además, él no quiere que nadie se pierda. Jesús dijo: También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor" (Juan 10:16).
Muchas veces he oído, y también he dicho, que cuando orábamos parecía que había un techo de bronce sobre nuestras cabezas que no dejaba que nuestras oraciones llegasen al trono de Dios. Creo que ahora entendemos el porqué, ¿verdad? Por nuestra displicencia e irreverencia a la voluntad y a la obediencia a Dios. Por no perdonar a los que nos hicieron daño, pues escrito está: "Y cuando estés orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas" (Marcos 11:25-26 ). Y porque pedís mal: Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites" (Santiago 4:3 ). Miramos demasiado hacia nosotros mismos y hacia nuestras necesidades materiales. Si Jesús ya nos dijo: "No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan, ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y se la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal" (Mateo 6:25-34).
Cuando una persona, que sea un hermano en Cristo, o uno que no lo es aún nos pide oración, debemos llevar en serio, y no posponer esa responsabilidad. Al orar, tenemos que creer que Dios hará: "Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá" (Marcos 11:24). "Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor" (Santiago 1:6-7). Otra cosa muy importante: Cuando hablamos de no hacer oraciones repetitivas pensamos siempre en los católicos, que oran conforme un modelo, un ritual, como el "Ave María", el "Credo", etc. Pero nosotros, los evangélicos también muchas veces incurrimos en el mismo error. Se puede decir que una oración es repetitiva también cuando "recordamos" a Dios, pidiéndole siempre la misma cosa; y cuando otro hermano repite lo que el otro ya había pedido. Es innecesario, pues, para eso existe la palabra "amén", que significa que nos ponemos de acuerdo con lo que fue pedido. Hay oraciones que recibimos rápidamente la respuesta de Dios, pero hay algunas que son más especiales y tienen que ser más "batalladas en el espíritu", bajo ayuno, porque sabemos que hay fuerzas demoníacas que intentan impedir que nos lleguen las respuestas de Dios, "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12 ), como ocurrió con el profeta Daniel, que," volvió su rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza" (Daniel 9:3), confesando los pecados de su pueblo, e intercediendo por ellos, rogando a Dios que tuviera misericordia, para que no se cumpliera la profecía del profeta Jeremías sobre la desolación de la ciudad de Jerusalén en un periodo de setenta años, (Daniel 9:1-19). La respuesta ya estaba a camino desde el primer instante que Daniel empezó a orar, pero tardó a llegar a su destino 21 días, pues fue obstaculizada por las fuerzas malignas, como está explicado en Daniel 10:12-13). Otro pasaje de la Biblia explica bien sobre ese tema: Jesús echó fuera un demonio mudo y sordo de un muchacho, al cual sus discípulos ya habían intentado sanarlo sin éxito. Al final, sus discípulos le preguntaron a Jesús: "Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? Y Jesús les contestó: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno" (Marcos 9:14.29).
Al alargar la oración, no nos sobra tiempo para orar por otras cosas importantes, y de hacer lo que más importa, que es estar un tiempo en silencio en la presencia de Dios, para que el Señor pueda hablar también. Orar no significa sólo pedir; es también una oportunidad que Dios nos da de comunicarnos con él, y él con nosotros también. Dios desea enseñarnos a orar; él desea hacer milagros a través de la oración, y mostrarse a los que no le conocen bien, porque muchas veces la fe despierta en el corazón de una persona por haber sido contestada su oración. Los caminos y los pensamientos del Señor no son como los nuestros: "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos; ni vuestros caminos mis caminos, dijo el Señor" (Isaías 55:8). Dios os bendiga.
miércoles, 20 de junio de 2012
Lo más importante para Dios
He estado meditando sobre lo que sería más importante para Dios, y llegué a una conclusión: Que Dios no desea que seamos religiosos; Él sólo quiere que le amemos a Él (el Padre), y a Su Hijo Jesucristo, simplemente. Este es el primero y grande mandamiento: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" (Mateo 22: 37-38); "Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:39).
Dios sólo desea tener una relación personal e íntima con nosotros, a través de Jesucristo, como antes tenía con nuestros primeros padres Adán y Eva. Jesús quiere ser nuestro íntimo amigo, y también que amemos a nuestros hermanos en Cristo. Nosotros estamos siempre agobiados y preocupados en hacer las obras, y dejamos a Dios fuera de nuestros planes. Nos preocupamos con nuestro liderazgo en la iglesia, con la escuela dominical, con la alabanza, cultos, y con las reuniones; queremos que todo salga perfecto. Todo lo hacemos con nuestra propia fuerza, con nuestra inteligencia, con nuestra capacidad, y nos olvidamos que Dios sólo nos pide QUE LE AMEMOS, sólo eso. Las obras ya fueron preparadas por Él para nosotros antes que naciéramos: "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Efesios 2:10). Muchos se mueren sin haber hecho ni la mitad de las obras que Dios les preparó que hicieran, y eso no les impide de tener la seguridad de que irán al cielo, pues está bien claro que somos salvos por gracia, no por las obras que hagamos: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe"(Efesios 2:8-9). Si uno se muere sin conocer a Dios, o sin amarlo verdaderamente, probablemente éste se irá al infierno. Sabemos que cuando nos arrepentimos de nuestros pecados, y aceptamos a Jesús como nuestro único Señor y Salvador, recibimos también la vida eterna, ¿verdad? ¿Y qué dice la Biblia sobre lo que es la vida eterna? Dice: "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado"( Juan 17:3). ¿Cómo podemos tener la seguridad de la salvación si nosotros en vez de creer y actuar en lo sencillo que es "amar a Dios", procuramos complicar nuestra mente con cosas que no edifican y que son sólo pasajeras? La teología es buena e interesante; pero no es una garantía de salvación. Muchos teólogos conocen bastante la geografía, y la historia de la Biblia, pero no conocen y no aman a Dios como Él debe ser amado; y algunos ni viven verdaderamente la vida cristiana y santa que está escrita en la palabra de Dios. Jesús dejó dibujado en nuestros corazones "el perfil de un verdadero cristiano", y con su ejemplo y testimonios nos enseñó lo que debemos y lo que no debemos hacer. Ese perfil es formado en nosotros a partir del momento que entregamos toda nuestra vida en las poderosas manos del Alfarero, y aceptamos que Él dirija nuestra vida, que tome el control del timón de nuestro barco. Es necesario también que seamos bautizados en el agua y en el Espíritu, y comencemos a leer diariamente su palabra, la Biblia. Nadie puede vivir una vida santa si no tiene al Espíritu Santo como guía, pues Él que nos enseña cómo vivir, y cómo actuar en cada circunstancia. Jesucristo sólo empezó Su ministerio después que fue bautizado en el agua y en el Espíritu. Juan, el bautista dio testimonio diciendo: "Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre Él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre Él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios"(Juan 1: 33-34). Los discípulos de Jesús tuvieron que esperar en el aposento alto hasta que fueron bautizados con el Espíritu Santo. Jesús les dijo: "pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra"(Hechos 1:8). "Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen" (Hechos 2: 1-4). Es el Espíritu Santo que nos lleva a amar a Dios, a adorarle, a tener sed de conocerle verdaderamente. Hemos llegado a un punto de nuestra vida cristiana que nos sentimos insatisfechos, porque sabemos que hemos hecho todo mal. Hemos comenzado por las obras, en vez de "amar a Dios sobre todas las cosas". No hemos aprendido verdaderamente a amar a Dios, y a estar receptivos a ese tipo de relación que él desea tener con nosotros, y que tengamos con nuestros hermanos en Cristo. Hemos aprendido mucha doctrina, pero eso ya no es suficiente, ¡queremos más! Las iglesias (físicas) están perdiendo sus miembros porque no todos están en la misma búsqueda; ellas se adaptaron al régimen, a las normas, a la ley. El Espíritu Santo nos pone esa inquietud en nuestro corazón, porque Él desea llevarnos a ser verdaderos adoradores: "Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren" (Juan 4:23-24).
No hacemos demasiado en amar y a adorar a Dios con todo lo que somos, ¿y saben por qué? Porque Él es nuestro Creador, nos dio la vida. Él nos da el alimento diario, la vestimenta, y el trabajo. Nos da la fuerza para trabajar, y la inteligencia para aprender. ¡Si pudiéramos ver los peligros que hemos sido librados por Él, tanto naturales como sobrenaturales, le amaríamos, le adoraríamos, y le seríamos eternamente agradecidos. ¿Y las decisiones que tomamos, piensas que Él no estaba ahí? Mucho más Él lo haría si confiáramos totalmente en Él y le pidiéramos Su opinión; pero nosotros pensamos que somos "los mayores", los más fuertes, los más sabios, y que no necesitamos de la opinión de Dios. Muchas veces Él permite que "metamos la pata" para que aprendamos de nuestros errores, y a confiar en Él. Si estás buscando conocer más de Dios, y amarlo verdaderamente como Él se lo merece, permita que te dé un consejo: No permitas que nadie te haga "prisionero" de sus doctrinas, de sus rituales, de su manera de pensar y de actuar, pues Dios te ha hecho "libre". No permitas que te limiten en el conocimiento y en la adoración a tu único Dios. Puede ser que esas personas tengan muy buenas intenciones, pero que todavía no se hayan despertado y no hayan tenido ese encuentro con el Maestro. Que no hayan tenido esa inquietud de vivir esa nueva vida de adoración a Jesucristo. Cuando leo 1ª de Coríntios 13, que habla del amor, veo que nadie es capaz de amar a sus hermanos con este tipo de amor si antes no ama a Dios verdaderamente. Abramos nuestro corazón para conocer el Dador de ese amor, a Jesús, el Hijo de Dios. Ame a Dios hasta que te salga por lo poros y puedas contagiar a otros que también están buscando esta respuesta. Dios os bendiga.
He estado meditando sobre lo que sería más importante para Dios, y llegué a una conclusión: Que Dios no desea que seamos religiosos; Él sólo quiere que le amemos a Él (el Padre), y a Su Hijo Jesucristo, simplemente. Este es el primero y grande mandamiento: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" (Mateo 22: 37-38); "Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:39).
Dios sólo desea tener una relación personal e íntima con nosotros, a través de Jesucristo, como antes tenía con nuestros primeros padres Adán y Eva. Jesús quiere ser nuestro íntimo amigo, y también que amemos a nuestros hermanos en Cristo. Nosotros estamos siempre agobiados y preocupados en hacer las obras, y dejamos a Dios fuera de nuestros planes. Nos preocupamos con nuestro liderazgo en la iglesia, con la escuela dominical, con la alabanza, cultos, y con las reuniones; queremos que todo salga perfecto. Todo lo hacemos con nuestra propia fuerza, con nuestra inteligencia, con nuestra capacidad, y nos olvidamos que Dios sólo nos pide QUE LE AMEMOS, sólo eso. Las obras ya fueron preparadas por Él para nosotros antes que naciéramos: "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Efesios 2:10). Muchos se mueren sin haber hecho ni la mitad de las obras que Dios les preparó que hicieran, y eso no les impide de tener la seguridad de que irán al cielo, pues está bien claro que somos salvos por gracia, no por las obras que hagamos: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe"(Efesios 2:8-9). Si uno se muere sin conocer a Dios, o sin amarlo verdaderamente, probablemente éste se irá al infierno. Sabemos que cuando nos arrepentimos de nuestros pecados, y aceptamos a Jesús como nuestro único Señor y Salvador, recibimos también la vida eterna, ¿verdad? ¿Y qué dice la Biblia sobre lo que es la vida eterna? Dice: "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado"( Juan 17:3). ¿Cómo podemos tener la seguridad de la salvación si nosotros en vez de creer y actuar en lo sencillo que es "amar a Dios", procuramos complicar nuestra mente con cosas que no edifican y que son sólo pasajeras? La teología es buena e interesante; pero no es una garantía de salvación. Muchos teólogos conocen bastante la geografía, y la historia de la Biblia, pero no conocen y no aman a Dios como Él debe ser amado; y algunos ni viven verdaderamente la vida cristiana y santa que está escrita en la palabra de Dios. Jesús dejó dibujado en nuestros corazones "el perfil de un verdadero cristiano", y con su ejemplo y testimonios nos enseñó lo que debemos y lo que no debemos hacer. Ese perfil es formado en nosotros a partir del momento que entregamos toda nuestra vida en las poderosas manos del Alfarero, y aceptamos que Él dirija nuestra vida, que tome el control del timón de nuestro barco. Es necesario también que seamos bautizados en el agua y en el Espíritu, y comencemos a leer diariamente su palabra, la Biblia. Nadie puede vivir una vida santa si no tiene al Espíritu Santo como guía, pues Él que nos enseña cómo vivir, y cómo actuar en cada circunstancia. Jesucristo sólo empezó Su ministerio después que fue bautizado en el agua y en el Espíritu. Juan, el bautista dio testimonio diciendo: "Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre Él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre Él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios"(Juan 1: 33-34). Los discípulos de Jesús tuvieron que esperar en el aposento alto hasta que fueron bautizados con el Espíritu Santo. Jesús les dijo: "pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra"(Hechos 1:8). "Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen" (Hechos 2: 1-4). Es el Espíritu Santo que nos lleva a amar a Dios, a adorarle, a tener sed de conocerle verdaderamente. Hemos llegado a un punto de nuestra vida cristiana que nos sentimos insatisfechos, porque sabemos que hemos hecho todo mal. Hemos comenzado por las obras, en vez de "amar a Dios sobre todas las cosas". No hemos aprendido verdaderamente a amar a Dios, y a estar receptivos a ese tipo de relación que él desea tener con nosotros, y que tengamos con nuestros hermanos en Cristo. Hemos aprendido mucha doctrina, pero eso ya no es suficiente, ¡queremos más! Las iglesias (físicas) están perdiendo sus miembros porque no todos están en la misma búsqueda; ellas se adaptaron al régimen, a las normas, a la ley. El Espíritu Santo nos pone esa inquietud en nuestro corazón, porque Él desea llevarnos a ser verdaderos adoradores: "Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren" (Juan 4:23-24).
No hacemos demasiado en amar y a adorar a Dios con todo lo que somos, ¿y saben por qué? Porque Él es nuestro Creador, nos dio la vida. Él nos da el alimento diario, la vestimenta, y el trabajo. Nos da la fuerza para trabajar, y la inteligencia para aprender. ¡Si pudiéramos ver los peligros que hemos sido librados por Él, tanto naturales como sobrenaturales, le amaríamos, le adoraríamos, y le seríamos eternamente agradecidos. ¿Y las decisiones que tomamos, piensas que Él no estaba ahí? Mucho más Él lo haría si confiáramos totalmente en Él y le pidiéramos Su opinión; pero nosotros pensamos que somos "los mayores", los más fuertes, los más sabios, y que no necesitamos de la opinión de Dios. Muchas veces Él permite que "metamos la pata" para que aprendamos de nuestros errores, y a confiar en Él. Si estás buscando conocer más de Dios, y amarlo verdaderamente como Él se lo merece, permita que te dé un consejo: No permitas que nadie te haga "prisionero" de sus doctrinas, de sus rituales, de su manera de pensar y de actuar, pues Dios te ha hecho "libre". No permitas que te limiten en el conocimiento y en la adoración a tu único Dios. Puede ser que esas personas tengan muy buenas intenciones, pero que todavía no se hayan despertado y no hayan tenido ese encuentro con el Maestro. Que no hayan tenido esa inquietud de vivir esa nueva vida de adoración a Jesucristo. Cuando leo 1ª de Coríntios 13, que habla del amor, veo que nadie es capaz de amar a sus hermanos con este tipo de amor si antes no ama a Dios verdaderamente. Abramos nuestro corazón para conocer el Dador de ese amor, a Jesús, el Hijo de Dios. Ame a Dios hasta que te salga por lo poros y puedas contagiar a otros que también están buscando esta respuesta. Dios os bendiga.
domingo, 15 de abril de 2012
Poesía:
Vine de lejos para encontrar mi camino
tenía una sonrisa, y la sonrisa aún valía
fue muy difícil el viaje hasta aquí,
pero llegué, pero llegué.
Vine deprisa, no vine de camión
vine volando en el aire cómo un son
fue muy difícil el viaje hasta aquí,
pero llegué, pero llegué.
Yo vine en busca
de lo que no se puede ver
vine descalza, sin dinero, y lo peor
fue muy difícil el viaje hasta aquí
pero llegué, pero llegué.
Yo tuve ayuda
de quien tú no quieres creer
tuve la esperanza de llegar hasta aquí
vine caminando
aquí estoy, me decidí
me voy a quedar,
me voy a quedar.
La ayuda que tuve fue de Cristo mi Señor
que me ha escogido
para hablar de su amor
ahora no quiero jamás volver hacia atrás
pues soy feliz, y me voy a quedar...
tenía una sonrisa, y la sonrisa aún valía
fue muy difícil el viaje hasta aquí,
pero llegué, pero llegué.
Vine deprisa, no vine de camión
vine volando en el aire cómo un son
fue muy difícil el viaje hasta aquí,
pero llegué, pero llegué.
Yo vine en busca
de lo que no se puede ver
vine descalza, sin dinero, y lo peor
fue muy difícil el viaje hasta aquí
pero llegué, pero llegué.
Yo tuve ayuda
de quien tú no quieres creer
tuve la esperanza de llegar hasta aquí
vine caminando
aquí estoy, me decidí
me voy a quedar,
me voy a quedar.
La ayuda que tuve fue de Cristo mi Señor
que me ha escogido
para hablar de su amor
ahora no quiero jamás volver hacia atrás
pues soy feliz, y me voy a quedar...
martes, 10 de abril de 2012
Yo tengo tiempo...
Hoy, al contestar al teléfono, mi mundo se vino abajo. Entre sollozos y lamentos, la voz del otro lado de la línea me informaba que mi mejor amigo, mi compañero de siempre, había muerto en un accidente. Las imágenes de nuestra juventud vinieron casi instantáneamente a mi mente. La universidad...las huelgas...las conversaciones alrededor de la chimenea hasta altas horas de la noche...los amores no correspondidos...la complicidad...las sonrisas... ¡Ah, las sonrisas! ¡Cómo éramos felices en aquélla época!!! Me acordé de nuestra formatura, de las lágrimas y de las despedidas; y principalmente de las promesas de nuevos encuentros. En sus ojos ví la promesa que nunca sería olvidado...y realmente no lo fui. Perdí la cuenta de las veces en que él cariñosamente me llamaba por teléfono cuando yo estaba hundido en el fondo del pozo...los mensajes que nunca contesté...Me acuerdo que fue su rostro que ví cuando desperté de mi cirugía de apéndice...Me acuerdo que fue en su hombro que lloré la muerte de mi querido padre...Fue en su oído que derramé las lamentaciones y frustraciones de mi noviazgo deshecho...
Mientras me acordaba de todo eso, hice un esfuerzo para acordarme de una sola vez que había cogido el teléfono para decirle lo cuánto su amistad era importante para mí,,,que le tenía gran aprecio..., pero no lo conseguí. Al final, yo no tenía tiempo... No me acuerdo de haber procurado un buen libro y enviarle a él...o entonces de haber oído sus problemas y le dado algún consejo...yo no tenía tiempo... Creo que nunca imaginé que él tendría problemas...
No me digné observar que constantemente mi amigo pasaba de la cuenta con la bebida. Solamente ahora veo con claridad mi egoísmo... Quizás...y este quizás me acompañará eternamente mientras viva. Si yo hubiese bajado de mi pedestal y regalado a él un poquito de mi atención y de mi precioso tiempo, mi gran amigo no hubiese bebido tanto, y no habría jugado con su vida, perdiendo el control de su coche...
Estos pensamientos que ahora llenan mi mente jamás tendrán una respuesta. Mi falta de tiempo me impidió de buscarlas...
Ahora, abro mi armario y escojo un traje negro, digno de mi estado espiritual; me visto, y cojo el teléfono. Aviso mi jefe que hoy no iré a trabajar...y quizás ni mañana..., pues usaré mi tiempo para homenajear y enterrar una de las personas que más quise en mi vida...Al colgar el teléfono, sorprendido yo reconozco entre lágrimas y remordimientos que para acompañar durante todo el día a su cuerpo sin vida, yo tengo tiempo...
Mientras me acordaba de todo eso, hice un esfuerzo para acordarme de una sola vez que había cogido el teléfono para decirle lo cuánto su amistad era importante para mí,,,que le tenía gran aprecio..., pero no lo conseguí. Al final, yo no tenía tiempo... No me acuerdo de haber procurado un buen libro y enviarle a él...o entonces de haber oído sus problemas y le dado algún consejo...yo no tenía tiempo... Creo que nunca imaginé que él tendría problemas...
No me digné observar que constantemente mi amigo pasaba de la cuenta con la bebida. Solamente ahora veo con claridad mi egoísmo... Quizás...y este quizás me acompañará eternamente mientras viva. Si yo hubiese bajado de mi pedestal y regalado a él un poquito de mi atención y de mi precioso tiempo, mi gran amigo no hubiese bebido tanto, y no habría jugado con su vida, perdiendo el control de su coche...
Estos pensamientos que ahora llenan mi mente jamás tendrán una respuesta. Mi falta de tiempo me impidió de buscarlas...
Ahora, abro mi armario y escojo un traje negro, digno de mi estado espiritual; me visto, y cojo el teléfono. Aviso mi jefe que hoy no iré a trabajar...y quizás ni mañana..., pues usaré mi tiempo para homenajear y enterrar una de las personas que más quise en mi vida...Al colgar el teléfono, sorprendido yo reconozco entre lágrimas y remordimientos que para acompañar durante todo el día a su cuerpo sin vida, yo tengo tiempo...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)